Análisis de Star Wars Battlefront II

Me consta sobradamente que lo que voy a decir a continuación es cuando menos polémico y puede granjearme no pocas enemistades, pero allá va: El Despertar de la Fuerza me parece con mucho la peor película del universo Star Wars que se ha proyectado en una pantalla de cine. La coletilla "Star Wars" es importante aquí, porque tachando de la ecuación los Jedi, la Fuerza, el Halcón Milenario y cualquier pedacito de ese universo que hubiera arraigado en el inconsciente colectivo a lo largo de sus cuarenta años de historia (quizá sean demasiadas cosas a tachar) lo que nos queda es una película de aventuras notable, un espectáculo fabuloso y unas cuantas razones de peso para que otros tantos lectores, supongo, estén caminando con antorchas en dirección a esta santa casa en estos momentos. Como blockbuster lo tiene todo, une todos los puntos y se cuida muy mucho de no dejar una sola casilla sin marcar: hay comedia, acción, personajes con gancho, una barbaridad de explosiones tremendas y una muy sana ausencia de jovencitos revolcándose por campos de heno alienígenas mientras se juran amor eterno.

No falla en nada porque no se permite el riesgo de hacerlo, porque hay demasiada gente a la que gustar y el camino más rápido es recordarle a los fans talluditos (y a quienes simplemente quisieron contar en la oficina que no se habían perdido el estreno) lo que sintieron cuando la estrella de la muerte explotó, o cuando un joven y atribulado aprendiz de Jedi se hizo amigo de un androide en mitad del desierto. Aunque sea repitiéndolo todo de nuevo, y haciendo desfilar por pantalla una colección de apuestas seguras que sin embargo dinamitan por completo el único pilar básico de toda obra de ficción: la suspensión de la incredulidad. Estoy razonablemente seguro de que la Fuerza no existe (bueno, tengo mis días), pero cuando ese letrero empieza a perderse en el fondo de la pantalla necesito creérmelo, y aunque todos estemos acostumbrados a hacer de tripas corazón con las marionetas de plástico y el sonido del láser en el espacio hay un número finito de coincidencias cósmicas que uno puede tolerar antes de sentir una gran conmoción en la fuerza, como si millones de ejecutivos de Walt Disney Pictures arrancaran sus hojas de cálculo al unísono. Nada de lo que narra pudo ocurrir de verdad porque ya había ocurrido antes, y porque El Despertar de la Fuerza es, además de un remake mal maquillado, el DJ que siempre cierra las sesiones con un clásico de los ochenta. Es merchandising. Es marketing. Es una fiambrera con la cara de Boba Fett.

Star Wars Battlefront II, o más concretamente su modo campaña, se parece mucho a El Despertar de la Fuerza.

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