Los que, como un servidor, pertenezcáis a la ilustre cosecha de la primera mitad de los años ochenta, seguro que tenéis un trocito del corazón reservado para las aventuras gráficas de LucasArts. Maniac Mansion, Loom, The Secret of Monkey Island, Indiana Jones, Full Throttle... la producción del estudio norteamericano durante casi una década solo puede considerarse como una auténtica época dorada dentro de la historia del videojuego, con unos niveles de creatividad y buen hacer sin parangón. Y entre todos esos nombres, quizás el que brille con mayor intensidad sea Day of the Tentacle, la hilarante secuela de Maniac Mansion en la que se mezclaban con maestría elementos tan dispares como tentáculos mutantes que querían dominar el mundo (o tocar en una banda de rock), viajes en el tiempo, objetos que no sirven para nada, Benjamin Franklin, Cron-O-Letrinas, una familia disfuncional y el payaso Oozo. Nunca olvidemos al dichoso payaso Oozo.
Tras traer de vuelta a otro clásico, Grim Fandango, Double Fine logró hacerse con los derechos de Day of the Tentacle. Era una oportunidad de oro para insuflar nueva vida a uno de los títulos imprescindibles de los noventa, y tras comprobar en primera persona el trabajo al que se ha sometido, puedo asegurar que los fans de las aventuras de Bernard, Hoagie y Laverne no tienen absolutamente nada que temer: el juego que aman y adoran sigue ahí, imperecedero, y el proceso de remasterización realizado por el estudio que dirige Tim Schafer (director junto a Dave Grossman del original de 1993) es impecable.
Un equipo liderado por Yujin Keim (con la supervisión de los artistas originales, Larry Ahern y Peter Chan) se ha encargado de rehacer todos los personajes y sus animaciones en alta definición, mientras Matt Hanson hacía lo propio con los fondos y los escenarios. Cuando vimos las primeras imágenes daba la sensación de ser un simple reescalado parecido al que se obtiene al aplicar a la imagen un filtro tipo 2xSAI (si habéis usado algún emulador de ocho o dieciséis bits entenderéis perfectamente a lo que me refiero), pero el resultado final se nota mucho más elaborado. Lo importante es que se mantiene intacto el estilo visual del juego original, y que el mimo y el cuidado para conservar la fidelidad gráfica no supone un impedimento para que Day of the Tentacle Remastered luzca estupendamente en monitores o televisores de gran tamaño.
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