Análisis de Nioh

Os juro que lo he intentado, pero es imposible escapar de la comparación. En cualquier caso, aunque le deje en peor lugar, si él no quiere hacerlo, nosotros tampoco debemos. Al igual que su figura paterna y ejemplo a seguir, Nioh comienza con su protagonista, William, encerrado en una celda. Al mismo tiempo que parece un gesto de respeto y un homenaje, también es una declaración de intenciones de Team Ninja: «hablemos claro», la base es la siguiente: Nioh es una copia muy descarada de Dark Souls. No pretendemos ocultarlo, la influencia es evidente. Ahora bien, tenemos varias cosas que decir. Hablemos.

Dejando de lado casi todas las convenciones que hereda de la franquicia de From Software, Nioh viene a proponer una variante genuina en el sistema de combate y por consiguiente, en todo el juego: por fuera parece lo mismo, pero funciona de forma muy diferente. El juego despliega cinco estilos, uno por cada tipo de arma que podrás utilizar: Katana, katana doble, hacha, lanza y kusarigama, cada rama con su propio set de movimientos, ventajas y desventajas. Ahora, llevándolo a la práctica, hay que multiplicar por tres: lucharemos alternando tres posturas diferentes, postura alta, postura media, y postura baja. Los movimientos de cada tipo de arma varian en función de la postura que utilicemos y el golpe que asestemos, ya sea golpe débil o golpe fuerte. Nioh, en esencia, es combate cuerpo a cuerpo, pero hay varias opciones complementarias igualmente valiosas: el ninjutsu, la magia Onmyo, y las armas a distancia. Por último, y no menos importante, todo lo demás: no podían faltar presas, bloqueos, esquivas, contraataques, y objetos.

Después de este denso pero necesario párrafo donde el combate queda desglosado, ya podemos entrar en detalles, y es que me he dejado fuera lo más importante de todo y en torno a lo que gira toda acción en Nioh: la barra de Ki. Tanto nosotros como los enemigos cuentan con esa barra verde que representa la energía de la que se dispone para realizar cualquier movimiento. El combate de Nioh se fundamente en la gestión de Ki, tanto el nuestro como el del oponente: tener presente lo que hay, lo que podemos recuperar, lo que consume cada ataque y cada movimiento, y administrarlo al milímetro mientras hacemos lo propio con la del oponente y tratamos de romperla. Y digo romper porque esa barra es tu mejor aliada, pero también puede ser tu peor enemiga: si nuestro Ki (o el suyo) llega a cero y recibimos un golpe, quedamos aturdidos y nos deja expuestos durante unos segundos, que casi siempre serán letales, pues también recibimos mucho más daño en ese estado y los enemigos no perdonan. Como una capa más de aprendizaje aquí aparece el pulso de Ki. Cuando realizamos un combo, se generan motas de luz alrededor de nuestro cuerpo. En un momento determinado, las motas se juntan, y si en ese preciso instante pulsamos R1, recuperamos un porcentaje de Ki. Una especie de recarga activa que nos obliga a prestar atención a una cosa más en plena acción.

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