Análisis de Flatout 4: Total Insanity

Erase una agradable noche de hace muchos años, yo era un crío, y me tocaba pasarla con mi padre. En principio prometía: íbamos a una fiesta. Nunca supe que se celebraba ese día, pero eso era cosa de los adultos y yo solo quería beber refrescos y encontrar algo nuevo con lo que entretenerme. Y, ciertamente, para mi allí todo era nuevo: una casa con jardín, una hoguera y mucha gente celebrando alrededor. Cómo no, el dueño de la casa tenía un hijo de mi edad y, obviamente, estábamos destinados a aliarnos en favor de la diversión. Yo por aquella edad, a los 9 años, ya había empezado a descubrir los videojuegos, pero en realidad aun no había visto nada, sobretodo por falta de presupuesto. Tras un rato, el chico y su padre me llevaron a la habitación del primero, y aquí fue cuando vi la luz: me cago en la puta, una Playstation 2. ¡Con el Burnout 3! Había visto algo sobre ese juego en alguna revista, y estaba flipando. A partir de aquí en mi mente hay una gran elipsis y lo próximo que recuerdo es una fascinación absoluta jugando con aquella maravilla de la destrucción.

Aquel fue mi primer contacto con lo que me gusta identificar como un subgénero en si mismo, dentro del de la conducción. Un género que se sustenta en el caos, utilizando la velocidad como medio para ello y que apela a una de las fantasía más primitivas y eternas del ser humano, la libertad para poner todo patas arriba, la fantasía de destrucción absoluta, y el videojuego sería el medio perfecto para descargar esa violencia y transmitir esas sensaciones. Después de ese día que tan bien recuerdo por lo impactante que fue para mi, me aficioné al género y lo pillé en su mejor etapa. Burnout 4 fue un videojuego que marcó una etapa de mi vida y empecé a explorar al hermano menor del género, Flatout, que venía a aportar algo distinto: la mecánica principal consistía en lanzar al piloto volando por la luna del coche y utilizarlo como proyectil. Era una nueva capa más a esa fantasía destructiva, ya que incluso hasta hoy, en cualquier juego de conducción, despegar al conductor del vehiculo resulta algo impensable, pues funcionan como una unidad. El problema, es que aquel punto más alto ya quedó atrás. Burnout se perdió en el olvido después de Paradise, la última entrega de mundo abierto, y Flatout ha sido una franquicia que se han ido rulando de un estudio a otro como si de una patata caliente se tratara. Por suerte o por desgracia, ahora Flatout 4 llega en un gran momento, un momento de necesidad.

Precisamente por eso, personalmente he encajado con muchas ganas esta nueva entrega, después de tanto tiempo echando de menos lo que este tipo de juegos fueron capaces de aportar, y fueron únicos en su especie. El problema es que, a pesar de ser el mejor momento para volver, no está a la altura de su legado ni de las circunstancias. Para empezar, Flatout 4 está presentado de forma muy clásica, por modos de juego: el modo carrera de toda la vida, una serie de competiciones y copas divididas en tres tipos, el modo Flatout, minijuegos acrobáticos centrados en el lanzamiento del piloto, partida rápida, y el multijugador. A pesar de la naturaleza arcade del juego, resulta una estructura funcional pero anticuada, y con un género anclado en el pasado era la ocasión de arriesgarse y darle una vuelta al planteamiento. Esa sensación de propuesta del pasado está presente durante todo el juego y se puede extrapolar a otros aspectos: las pruebas de acrobacia son una auténtica chorrada que aburren antes incluso de jugarlas, en parte porque todas están basadas en acertar con el piloto en un punto, ya sea un flotador, unos aros de fuego o en el hoyo de un mini-golf, y el modo masacre, una variante de la carrera que incluye cuatro habilidades para derribar a los oponentes, está muy mal aplicada haciendo que muchas veces todo dependa de la aleatoriedad. Propuestas absurdas, que no tendría porque ser algo malo, pero que aplicadas con tanta simpleza y poca gracia que si lo es. También os digo una cosa: están aplicadas encima de una base de conducción, y esa base tampoco está bien resuelta.

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