La nostalgia es un sentimiento complejo. Nos hace recordar de forma distorsionada cosas que vivimos hace mucho tiempo y desear volver a esos recuerdos de una forma muy apasionada. El problema de albergar esos sentimientos es que el retorno a las obras que nos hicieron disfrutar en tiempos pasados puede producir un choque brutal al enfrentar la realidad con la memoria y, precisamente por eso, la nostalgia no es el mejor de los combustibles a la hora de reclamar reediciones y actualizaciones de las obras de nuestros tiempos mozos.
Y es que, entre zombis y esqueletos, con esta actualización de MediEvil para PlayStation 4 ya son tres veces las que hemos experimentado las andanzas de Sir Daniel Fortesque en su lucha contra el malvado Zarok, MediEvil 2 aparte. Si bien MediEvil Resurrección (PSP) era más bien una reimaginación de la aventura original - incluso modificando la jugabilidad y rediseñando niveles -, en esta ocasión estamos hablando de una remasterización del juego de PSOne en toda regla. Para aquellos que desconozcan las desventuras de nuestro calavera favorito, conviene saber que el líder de las tropas de Gallowmere andaba durmiendo el sueño de los justos en su cripta favorita, hasta que el nigromante Zarok lanza un hechizo de Baile de Cadáveres - un maná negro y dos incoloros - y no solo se crea una horda de zombis para su uso y disfrute sino que levanta de su descanso eterno al pobre Dan, que, para su asombro, había pasado a la historia como un héroe legendario pese a caer muerto en los primeros compases de la batalla contra, oh vaya, el propio Zarok. Así que, visto que no queda nadie más para enfrentarse al hechicero, nuestro improbable héroe debe responder a la llamada de las armas con unos cuantos huesos menos y todas las apuestas en su contra.
Con estos mimbres tomaremos el control de Sir Dan y pronto empezamos a observar las primeras diferencias artísticas con la obra original, en lo que será una constante que se irá repitiendo a lo largo de todo el juego. Esto es así, básicamente, porque lo que el estudio Other Ocean ha hecho ha sido poner al día todo el apartado estético del juego para darle un acabado que pueda aprovechar los medios actuales, reforzando el aura Timburtonesca (o Timburtoniana, lo que más os guste) que ya se vislumbraba en la obra original pero que ahora es infinitamente más poderosa. Todos los escenarios son ahora muchísimo más detallados, mejor escalados en tamaño y poseen unas texturas y unos elementos más agradables a la vista. Lo mismo es aplicable para Dan y sus enemigos, que lucen ahora mejor que nunca y son perfectamente acordes a la estética de los niveles. Si lo sumamos todo y añadimos que vuelven las voces y los autores de una banda sonora original que, como no podía ser de otro modo, recuerda poderosamente a Danny Elfman, tenemos un cóctel perfecto para salir de nuestra cripta a recuperar Gallowmere de las garras del pesado de Zarok - sí, lo he puesto dos veces, así de pesado es -.
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