Shenmue ha envejecido, pero nosotros también hemos cambiado

Como tantos otros, yo no jugué a Shenmue en su momento, principalmente porque era joven: en 1999 tenía cinco años y jamás, ni siquiera más tarde, tuve un amigo o conocido que tuviese una Dreamcast que prestarme. Shenmue sonaba para mí como una pequeña leyenda urbana, uno de esos títulos que llenan de nostalgia compartida cientos de foros y blogs de una forma totalmente ajena a mí. No negaré que me despertaba curiosidad, pero tampoco sentía particular urgencia por probarlo. Entendía que, tarde o temprano, llegaría el momento en el que me acercaría a él, mirándolo con los ojos con los que se mira a un clásico de los que sabes que han cambiado la historia del medio.

Me quito la careta nada más comenzar: durante las primeras tres horas, no me gustó absolutamente nada.

A ver, tampoco soy tan inocente. Ya esperaba que el control fuese un poco tosco, era consciente de que los gráficos o el combate no iban a ser extraordinariamente precisos, y tampoco quería lo contrario. Iba preparada, por supuesto, para jugar a un juego publicado hace veinte años, pero no hay cantidad alguna de mentalización que pudiese prepararme para el elemento más pivotal y quizás más sorprendente de todo el juego: lo espeso, lo extraño de su ritmo. La cinemática introductoria es casi innecesariamente larga, ni siquiera demasiado llena de información, y el planteamiento de la trama se hace de forma muy pausada. Cuando, por fin, el juego te deja solo para que investigues y explores lo sucedido, tu misión durante horas es jugar a ser detective, hablar con unos y otros en busca de pistas vagas sobre el acontecimiento dramático que ha desencadenado todo aquello.

Read more…



from Eurogamer.es https://ift.tt/2N5LszF
Share on Google Plus

About Unknown

0 comentarios:

Publicar un comentario